Llevo días con una sensación un tanto extraña… Y hoy la noto especialmente. Es una sensación de tristeza interna mezclada con gotas de decepción profunda. Y no es por nada dramático ni por nada que me venga de fuera. Es mi cuerpo el que no se siente cómodo.
Hace unas semanas estaba viendo una peli tranquilamente, charlando, riendo. De pronto, mi ojo izquierdo empezó a llorar. Nada raro en un ambiente cargado. “posible cosilla se me habrá metido dentro” susurré… NO LE DÍ IMPORTANCIA.
Hoy, después de estar como tres semanas de médicos, debía de tenerlo todo solucionado. Según la doctora especialista, una “fisura interna” fue la causa de todo el sufrimiento, del desespero de sentirte inútil por no poder escribir, por no poder charlar, por no poder abrazar… lagrimeo constante, picor, escozor, molestias al contacto con la luz del día, molestias por culpa del aire, poca visibilidad nocturna. Un desastre, verdaderamente.
Y ciertamente, estos días he sentido algo muy profundo. He notado claramente que es vital dar importancia a todo lo que te sucede. En ocasiones dejamos que las cosas pasen porque ciertos elementos son más importantes que ESO. Nos centramos en el ir haciendo, y si el dolor se complica, acudimos al médico. Una semana de gotas varias, reposo y HOY …–Según prescripción de la experta- todo tenía que estar solucionado.
Y no es así.
Salgo a la calle, dejo las gotas, miro al mundo, y el problema persiste. Y me siento mal porque siento que ese problema no está a mi alcance. Aún así, lo único que yo puedo hacer es preocuparme de ello, tener cura de mi salud y en el fondo de mi vida. Es cierto que sólo uno mismo, sólo yo, voy a vivir en esto. Sin embargo, en este “darme cuenta” de las últimas semanas he observado algo que me ha movido por dentro. ¿Apreciamos lo que realmente es importante para nosotros? ¿Sabemos ver quién está a nuestro lado? ¿Valoramos realmente una mano amiga cunado se tiene?
Todas estas reflexiones me vienen a la cabeza si pienso en el concierto del sábado. Un grupo de amigos jóvenes apasionados del rock deciden montar algo sin ayuda alguna a nivel material o económico. Meses de persecuciones constantes, horas de poco sueño, cervezas que se acumulan, broncas bien resueltas y dar sin esperar. Pasan los meses y el concierto empieza. Sin saber casi ni cómo, la sala se llena. Amigos de siempre, gente que creías olvidada, cuerpos que probablemente habías borrado porqué ya no te llamaban, ya no te sonreían, ya no se preocupaban de qué tal te iba. Tu tampoco lo hacías por aquello de ¿Y por qué debo dar yo el primer paso?
Altas horas de la noche. Sentimientos que van al pasado. Rostros acabados y la misma melodía. Fíjate… con ese grupito iba de conciertos hace cuatro años… Anda… ¿y él? Aún lleva esa pulsera que hicimos juntos de niños… Ostras… Inés… cuantos años sin saber de ella… quizá en algún momento ella también pensó en mí… Cavilaciones constantes, mezcla de recuerdo y whisky… y en medio de todo el barullo, un amigo le dice al otro en mi presencia:
-Ey! Ésta es Lou! Es una muy buena amiga. ¡Y vale! ¿Sabes algo? Ella escribe, si...Tiene un blog, y yo lo sigo. Escribe de puta madre y sabes por qué, porqué escribe lo que siente. Y eso llega.
Mi asombro no tiene cabida. Un amigo heavy de más de cuarenta años con el que eso de escribir no fue "el tema"… Y me digo... joder, ¿quién te hubiese dicho que él también creía en ti? Sensación que me llena. Entonces me planteo. ¿Damos importancia a esos hechos?
Creo que a menudo especulamos demasiado con nosotros mismos: “Quizá lo que yo hago en mi vida no tenga ningún talento… total, nadie se va a fijar en mi… para qué estudiar tanto si luego nada de nada… no vale la pena ni que la llame… la encontré en un anuncio del periódico, seguro que me sale rana…”
Amigo… me enseñaste muchas cosas con una sola frase. Y no sólo a mí, ahora mismo, estás enseñando talento a todos los que lo leen. Creo que deberíamos abrir más la mente, y hacerlo más a menudo. Quizá así nos daríamos cuenta de que cosas como los amigos de siempre, los lugares de siempre y los temas de antaño también son importantes. ¿A qué estás dando importancia tu? ¿A qué te estás enfocando?
Amigo...Eres un ejemplo parecido al rock… siempre en pie, siempre sonando, siempre al límite pase lo que pase. Tú, como todos los buenos amigos, eres algo parecido al Santuario de Delfos… aquél lugar remoto al que uno siempre vuelve en busca de respuestas… Gracias Lluís…todo un ejemplo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
DESPRÈS DE LLEGIR EL TEU ESCRIT, GRACIES I GRACIES TAMBÉ PER SER LA MEVA AMIGA DE MES DE VINT ANYS. SEGUR QUE, SAPS QUE ET DIRÉ MES COSES, COM SEMPRE DE MANERA ORAL JA QUE ESCRIURE I LLEGIR NO S'HEM DONA GAIRE BE.
ResponderEliminarGràcies a tu! Una abraçada!
ResponderEliminarfantàstic!! a mi saps qui em sorprèn? els nens, de debó.
ResponderEliminarQuan un nen que gairabè no coneixes va i et diu " es que m'agrada veure't la cara perque es com veure mil mamas"...joer, et destrossa!!.
Has de saber que hi ha molta gent que no et dirà mòltes coses, pero hi serà si rellisques, o si els necessites. Nomès cal dir.ho...o intentar.ho
SORT AMB L'ULL,