domingo, 8 de noviembre de 2009

Cruzado / Paralelo

Hoy ha sido un día muy intenso. De hecho, los últimos días han sido muy intensos. Emociones diversas, sensaciones nuevas, reflexiones extrañas, ideas que no me gustan, decisiones que no sé cómo llevo. Pero aún así, creo que en los últimos tres días mi mente ha dado un giro importante, aunque os suene un poco raro por lo poco o lo mucho que pueden ser tres simples días...

Esta mañana he asistido a otra de las clases de PNL y me gustaría compartir con vosotros algo de lo que he aprendido. Hoy hemos reflexionado acerca de las creencias, las presuposiciones, el lenguaje, y la gestión de la relación entre pensar y decir. Todo ello ha surgido a raíz de un juego, el “Cruzado o Paralelo”. El juego consiste en sentar a varias personas en circulo e ir pasando un objeto con las manos de uno al otro. Hoy han sido dos rotuladores, uno azul y otro rojo. La gracia está en saber si lo pasas en “cruzado” o en “paralelo”. Todos observábamos al iniciador de la ronda: manos en paralelo, rotuladores alineados... paso al jugador dos. Éste cruza los brazos uno encima de otro, como en una cruz y menciona “cruzado” o “paralelo”. Claro, hasta aquí al idea es entender cuando es cruzado en forma y cuando es paralelo, pero llega un punto en que no sé cuando es cruzado y cuando paralelo, la forma de las manos no tiene relación alguna con la palabra, el tono de voz no cambia, qué es lo que pasa para que yo piense “me pasa lo rotuladores en cruzado” y la persona me diga “pues no, para mi esto es paralelo”. Hasta aquí el juego es como un reto de averiguar cuál es el truco, cuál es la estrategia. Cuando son varias las rondas y algunos ya ven de qué se trata el secreto, otros realmente se cabrean porque no lo perciben y sus cerebros se centran en la presuposición. Serán las manos? La posición de los rotuladores? Una sonrisa? Un movimiento de ojos? Estamos tan centrados en eso que no vemos más allá. Y el truco está en las piernas!!

La clave de todo eso es simple: Nuestro cerebro se busca todos los sistemas para entender ¡qué leches está pasando! Y muchas veces, sobretodo en situaciones problemáticas, en enfoque del tema no es correcto: nos centramos sólo en un punto, blanco o negro. No vemos más allá, no lo miramos desde lejos, no pensamos en otras de las muchas posibilidades de enfoque. De hecho, esta última afirmación es la que relaciono con lo que he mencionado antes. A veces nos pasan muchas cosas, muchas vivencias, muchos momentos en los que no acabamos de entender el por qué. Por qué me responde alguien así? Por qué eso no salió de tal forma? Por qué mi amiga se molesta? Por qué nadie me entiende? Por qué no sé expresar lo que siento? Por qué no comparte esa idea conmigo? Por qué por qué por qué. Las cosas suceden y el cerebro no para de dar vueltas al mismo tema. No somos capaces de disociarnos del evento y seguimos con la “rayada” mental, no aprendemos a pulsar el botón de stop. Y pulsar ese botón es algo mucho más sencillo de lo que creemos.

De hecho, si pensamos acerca de lo que nos sucede de determinada manera es porqué así lo elegimos. Todas nuestras vivencias de vida nos crean una especie de mapa mental, algo como un circuito de conexiones que se sustenta en las llamadas creencias: ideas, credos que tenemos sobre nosotros mismos, sobre los otros, sobre lo que nos sucede, sobre nuestra sistema operativo, sobre nuestro qué y sobre el cómo. Éstas creencias son distintas entre ellas y una de las diferencias principales es reconocer si una creencias es fija, inamovible, o si podemos variarla.

Cuando una creencia acerca de alguna cosa o sobre nosotros mismos nos preocupa, debemos aprender a gestionarla y a cambiarla. Cuando una creencia nos limita, debemos usar el llamado PENSAMIENTO CRÍTICO y arrancarla de nuestro sistema porqué no nos funciona y además nos limita.

No me sirve de nada creer “Ese asunto se resolverá así” un poco a modo de ley de la atracción. No me sirve de nada creer “yo no soy capaz” o “yo no sirvo” o “ya soy demasiado mayor” o “nunca encontraré pareja”. Es para mi, lo mismo a pensar acerca de los problemas, y sobretodo de las decisiones que no dependen de nosotros. No sirve de mucho creer en el llamado “wishfull thinking” o lo que es lo mismo, ese pensamiento que deseamos que sea así, pero que no es algo que podamos tocar con las manos ni que dependa exclusivamente de nosotros: “Me quiero casar con Cameron Díaz y lo pido cada día al cielo” o “No quiero terminar una amistad o relación” por ejemplo... Eso es cosa de dos. Tu puedes enfocarte al máximo y hacer todo lo posible para conseguir tu propósito, pero debes tener en cuenta que lo tuyo, sólo será el 50% de lo que se decida finalmente.

No hay nada absoluto, por eso voy a usar lo que me es más útil y más práctico en cada momento. Porque ya sabemos que los “problemas” que pueda tener el hombre vienen de la interpretación que él hace de la realidad, de cómo se lo monta todo dentro de su cabecita. Por eso mismo es importante el Pensamiento Crítico, es importante pues darte cuenta de lo que tu crees y de lo que no, de lo que estás dispuesto a aceptar y de lo que no. Es importante tener en cuenta que todo puede y debe ser relativizado. Si no relativizamos, las cosas que creemos profundamente y que no nos son útiles, nos limitan y se tornan inamovibles, se vuelven un verdadero problema imposible de arrancar y una pesadilla constante para el día a día. Coloquialmente hablando, entonces estás bien jodido.

En este punto yo me planteo: por qué no lo reflexionamos? Por qué uno se queda con un tipo de creencias y no con otras? Si todas las creencias están allí fuera pululando? Coge la más útil para ti! Piensa acerca de las cosas de una manera más útil, nada limitante y mucho más práctica. Por eso, piensa a modo de pensamiento crítico: relativiza las cosas y encuentra aquello que verdaderamente te es útil, lógico y cómodo para sentirte bien y para ser más libre, más feliz.

Muchas de nuestras ideas son simples presuposiciones. Creemos que son así, que son ideas ciertas y las tomamos como tal. Y no observamos que quizá, sólo podrían serlo, o no. Debemos aprender a mirar des de otra perspectiva, cambiar el enfoque. Si aprendemos a relativizar y a cambiar de perspectiva, si cambiamos lo que creemos inamovible o inmodificable a otro ámbito, a la posibilidad de que no sea así, anulamos el problema. Hacer este esfuerzo de cambio de perspectiva significa anular el problema. Cambiando esto cambiamos el conjunto de creencias, y quizá, a veces nos hacemos montañas de granitos de arena, quizá deberíamos parar y enfocarnos más en el pensamiento crítico. Qué es más útil para mí? Qué me aporta pensar de esta manera sobre éste tema? De qué me sirve tener ésta creencia? Hay algo que me limite? Cómo puedo cambiarlo para ser más feliz?

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